Cuando la fuerza del viento corta sobre el mar y se propaga, emerge la ola. Para aquellos que han experimentado la sensación de surcarla entenderán que es magnético y que una vez arriba, es demasiado tarde, tienes que repetirlo.

El surf siempre ha sido más que un deporte, va ligado de valores, estilo e historias. Y aquí es donde entra el papel fundamental de las islas, pequeños paraísos donde la gente busca aventura a la vez que desconexión. Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife, Ibiza y Mallorca son algunos de los lugares donde la magia surge y este deporte, que es el surf, está presente.

Según los vientos, puedes encontrar olas muy variadas alrededor de estas islas, lo que permite que desde el más profesional hasta el valiente principiante gocen de esta increíble experiencia que es el surf. En Fuerteventura la zona de Corralejo y en especial su playa del Moro es un lugar indispensable si lo que buscas son buenas olas, por otro lado, Mallorca e Ibiza no destacan por sus tamaños, pero si por su belleza y viento árido, playas como ciudad jardín o son Serra de Marina en Mallorca o Cala Nova en Ibiza deben ser tu objetivo si buscas pasar un buen rato, la playa de Arrieta en Lanzarote es un lugar idóneo para los más pequeños de la familia por el tamaño de sus olas y por el fondo arenoso. Finalmente, Tenerife cuenta con fondos de arena, piedra o arrecife volcánico, entre sus playas surferas, Almáciga, una belleza natural.

Sea cual sea finalmente tu destino, el surf levanta pasiones, ¿y de eso se trata no? Cuando la ola te atraviesa y entras a mar abierto e tiempo se detiene, sientes el mar, el balanceo y respiras esperando ese momento en que el cuerpo te indica que ha llegado la hora, remas te pones en pie y allí lo sientes, el tiempo es tuyo y los estás aprovechando al máximo.

R: Auba Riera – P: Jeremy Bishop