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La cultura vinícola mallorquina se traslada en tren

Baco para los romanos y Dionisio para los griegos, el dios del vino era también conocido como el dios liberador. Representado siempre con un elemento relacionado con el vino, Baco ha sido inspiración de muchos artistas, como el pintor italiano Caravaggio.

Parece ser que esta inspiración embelesadora llegó también hasta la isla de Mallorca, donde actualmente son unas setenta bodegas de vino las que ensalzan la isla y la convierten en un destino de cultura vinícola clave.

El vino se ha convertido en un rito ancestral para los mallorquines. Se encuentra presente en la gastronomía, en las celebraciones y en el paisaje.

Hectáreas de vides bañan los campos de las zonas más rurales de la isla y son dos las denominaciones de origen de las que nos sentimos orgullosos: D.O. Binissalem y D.O. Pla i Llevant.

Locales y visitantes de la isla disfrutan de esta cultura vinícola y pueden hacerlo de una manera muy especial. Actualmente, la empresa Mallorca Wine Tours ofrece un divertido y exquisito servicio para los amantes del vino y de la naturaleza.

Un tren que nos hace dar un salto en el tiempo.

Por su decoración, pareciera que nos encontramos a finales del siglo XIX. Este simpático tren nos lleva a recorrer las diferentes bodegas y viñedos de la zona d’Es Raiguer, en el centro de la isla.

En esta ruta, no sólo disfrutaremos de una excelente cata de vinos, sino que nos veremos inmersos en preciosos paisajes, en el verdadero corazón de la vid.

R: F. Devid