Muchas leyendas han nacido en las Islas Baleares, que tienen el fondo misterioso perfecto para historias míticas. Lo que pocos saben al visitar Palma, la capital de Mallorca, es que están recorriendo calles que una vez fueron habitadas por dragones. Sí, dragones. O al menos es lo que relata la leyenda mallorquina conocida como el Drac de na Coca.
En el siglo XVII un terrible dragón aterrorizaba a los habitantes de Palma. Al salir de las calles subterráneas de la ciudad durante la noche, el monstruo atacaba a sus víctimas con ayuda de la oscuridad, desapareciendo al amanecer. Evidentemente, ninguno de los ciudadanos quería luchar contra la bestia. Hasta que un caballero de brillante armadura vino a salvar el día, como es de esperar.
Nuestro héroe, Bartolomé Coc, se encontró con la horrible criatura a punto de visitar a su prometida. Escondida en las sombras, la bestia que había aterrorizado a su ciudad lo miraba con sus feroces ojos amarillos.
¿Y qué hace un caballero cuando un dragón está amenazando a inocentes? ¡Evidentemente lo mata y se convierte en leyenda! El valiente Coc ofreció la bestia como trofeo a su amada novia, llamándola Drac de na Coca.
¿El dragón era real? Bueno, siendo honestos, era un cocodrilo. ¿Y por qué “Coca”? Porque la novia sería pronto Coca, la “esposa de Coc”. Después de todo, ¿quién no se casaría con un pretendiente que se enfrentaría a un cocodrilo para darte un beso de buenas noches?
R: Federica Cuccia – I: Etienne Mahler